El fin de la epidemia no será noticia. ¿Acaso porque las buenas noticias no son noticia? Es verdad que el periodismo husmea las veinticuatro horas del día buscando al hombre que muerda a un perro, su ejemplo canónico, pero el fin de la epidemia -o, más exacto, la contención de la epidemia-- es real. Ahí están las cifras de contagios y de muertos, por edad, por sexo, incluso por clase social: el virus ya no es epidémico, aunque siga infectando y matando. Y si la tendencia se confirma, no se entendería que la reducción de casos hasta niveles de enfermedad común -y más no siendo mortal de necesidad-- no fuese la noticia más importante, el anuncio de que la epidemia se da por extinguida, llegado el día. No se entendería, es decir, no se entenderá.

La noticia del fin de la epidemia son las noticias sobre la desescalada. Al no poder ser noticia por sí misma -y lo sería en grandes titulares--, el fin de la epidemia está en la información sobre la fase en que se halla cada región. Galicia, por ejemplo. Desde ayer, en Galicia ya se vive casi como antes del virus -cualquier cosa menos ese horror llamado «nueva normalidad»--, o sea, sin las restricciones del estado de alarma ni las limitaciones propias de cada fase. ¿Ha habido en sus medios de comunicación -pero no solo en los suyos-- alguna referencia, explícita o implícita, al fin de la epidemia, ahora que allí ya están oficialmente libres de ella? La razón está en ese casi: «se vive casi como antes». No la ha habido porque no se vivirá como antes, durante mucho.

Aunque la epidemia ya no es epidemia -habrá brotes, casos aquí y allá, pero no epidemia--, el virus permanecerá siempre. Y si sanitariamente será irrelevante, dominado por vacunas y tratamientos, moralmente será repugnante, descontrolado por la aprensión, el temor al contagio, la duda. De acuerdo que lo excepcional -el hombre que muerde a perro-- sería la noticia de la extinción del virus, como se anuncia la extinción de un incendio. Solo así una buena noticia sería eximida de la norma de que las buenas noticias no son noticia. Pero no. No podrá ser un titular a cuatro o cinco columnas, este caso, como tampoco pudo serlo el del sida ni podrá serlo el del cáncer.

Y sin embargo...

*Funcionario.