THtay muchos nervios en la cúpula de los partidos políticos. Y no sólo en el PSOE y el PP. El alto grado de politización que vive el país ha convertido los comicios municipales y autonómicos del 27-M en una suerte de primera vuelta respecto de las elecciones generales que se celebrarán dentro de nueve meses.

Los politólogos advierten que la estructura del voto municipal no es la misma que la de las legislativas, pero los sociólogos recuerdan un dato significativo: el partido que consigue mayor número de votos en las municipales, también gana las generales. Por eso Blanco y Acebes están con la calculadora en la mano. Pero no sólo ellos. En Cataluña, Artur Mas se desespera. Las encuestas señalan que CiU puede perder la Alcaldía de Tarragona --que es la única de las tres capitales en donde gobierna--.

Si dicha expectativa se confirmara, el partido de Pujol --que hasta hace tres días y durante un cuarto de siglo, lo fue todo en Cataluña-- quedaría fuera de todas las instancias de poder. Para los Mas, Durán, Trías, Puig y compañía, la situación empieza a ser desesperada. Quizá por eso algunas crónicas empiezan a describir que hay ciertas aproximaciones a Piqué y al mundo del PP.

En fin, cuando lo que está en juego es el poder, nada es lo que parece. Algunas incógnitas se despejarán la noche del 27 de mayo; otras habrá que esperar nueve meses. El tiempo de gestación del parto que puede alumbrar nuevos pactos. A día de hoy, todo está en el aire.

*Periodista