La tentación susurra como serpiente bíblica que es mejor abandonarse, blindarse en siesta hasta que pase la cuarentena. Hipnotiza como Kaaa Mowgli, ¡no la mires a los ojos!, que viva el pijama, la inconsciencia, dormir y dormir, aislarse en una burbuja donde no lleguen esos ancianos abandonados y muertos en los hospitales, esa morgue de hielo, ese Urkullu que pretende vetar al ejército para que vidas españolas no salven vidas vascas, esos enfermos sin curar que abandonan los hospitales, irresponsables envenenadores de la esperanza, el último parte de bajas, la última premonición apocalíptica. Pero no.

Ahora es, más que nunca, la hora del optimismo, la resistencia y la responsabilidad, la hora de la distancia social y el acompañamiento emocional, como he leído no sé dónde. Hay tantos ejemplos que sería delito dejarse llevar por el desánimo. La monitora de Pilates manda puntualmente su vídeo que le ha costado unas cuantas horas colgar en YouTube para que no abandonemos ni los estiramientos ni la tonificación. El entrenador del gimnasio recuerda en Instagram por qué es importante no dejarse llevar por la inactividad en estos días de encierro forzado y una rutina de ejercicios para que no salgamos del mismo con el abdomen colgando. La esteticista aconseja entre ramos de flores y besos virtuales que hay que mantener la disciplina y la rutina de belleza, porque las arrugas no guardan cuarentena. La amiga de tendencia más espiritual nos ofrece sesiones de yoga, mindfulness o simplemente algo tan sencillo como el horario de Misas por YouTube.

Y luego están esos alumnos ejemplares. Esos chicos y chicas encomiables, particularmente para mí los de Arroyo de la Luz, que viven un doble encierro, obligados a madurar en menos de un fin de semana, heroicos sí, como sus madres y padres y sus mayores, a los que la vida ha golpeado antes de tiempo y que responden todas las mañanas de trabajo conectados en la red con entusiasmo, dedicación y buen humor. No olvidaremos nunca a los que se han quedado atrás, pero saldremos de esta y saldremos mejor.

*Profesora.