LAS LEYES

Eurovegas y el gallo Kiriko

Pedro Serrano Martínez

Valladolid

El señor Adelson --un pobre americano forrado de pasta, aunque por lo visto no lo suficiente-- exige al Gobierno de Rajoy un marco legal a medida para Eurovegas, como condición imprescindible para llevar a cabo el megaproyecto multimillonario para levantar la ciudad del juego, los congresos, el ocio y no sé cuántas cosas más en Alcorcón (Madrid). La tentadora inversión económica, por un lado, y las insolentes exigencias de este astuto y, al parecer, poco escrupuloso empresario, que pretende que se legisle a la medida de sus deseos y ambición, están creando un dilema en el PP, en los madrileños y en el resto de españoles. Un dilema que me recuerda al que se plantea el gallo Kiriko en el cuento, cuando se encuentra una boñiga llena de grano y se dice: "Si pico, mancho el pico, y, si no pico, pierdo el bocadico".

Y, desde luego, si picamos, es decir si claudicamos, mancharemos el marco legal y habrá que preguntarse qué será lo próximo. Si cedemos al chantaje de este ávido empresario, ¿en qué lugar quedaran los derechos y la igualdad ante la ley? ¿En qué lugar quedará nuestra seriedad, decencia y dignidad como sociedad que aspira al respeto de los demás y, sobre todo, al respeto por sí misma?

Ya sabemos que el dinero es seductor, que da poder al que lo tiene y que, por tanto, puede comprar voluntades. Todo eso es tan viejo como la humanidad y, evidentemente, nada nuevo descubrimos; pero, precisamente por ello, debemos estar alerta para no permitir que el vil metal pervierta las normas, las leyes y el justo y recto proceder de una sociedad que aspira a ser moralmente sana, justa y democrática.

LA PEDOFILIA

El expapa Ratzinger, desmemoriado, o peor

Juan José Fuente Hidalgo

Madrid

Desde su refugio vaticano, el expapa Ratzinger acaba de negar de nuevo su responsabilidad en tolerar la pedofilia, aunque durante sus muchos años al frente del ex (¿ex?) Santo Oficio recibiera tantos documentos de denuncia de tantas de sus víctimas, y después, ya papa, osó declarar que eran una infame campaña contra él hasta que la inminente acción de la Justicia civil --la justicia, vamos-- le obligó a dar un repentino y radical giro de 180 grados y perseguir la pedofilia clerical.

Esa asombrosa falta de memoria del expapa alemán ¿se debería a un temprano caso de Alzheimer? Muy temprana tuvo que ser su enfermedad, porque jamás le oímos reconocer su culpabilidad, ni cuando le cogieron con las manos en la masa, con el uniforme de soldado de Hitler, y cómplice activo, pues, de la mayor tragedia mundial. Si un examen médico no lo explica, habrá que aplicarle la sentencia del cardenal Newman: "La buena conciencia es la obra maestra del diablo", y hacerle lo que el ritual católico manda cuando no se trata de desmemoriados, sino de endemoniados.