COMO PROTESTA

Huelga de silencio

Pedro Serrano Martínez

Valladolid

Tanto se ha dicho de la crisis y de sus causas; tanto de la corrupción y de sus consecuencias; tanto de los políticos y su lamentable proceder; tanto de este país en estado de demolición; tanto se ha dicho y redicho que ya no quedan eslóganes que gritar, opiniones que emitir, maldiciones que escupir, lamentos que gemir, lágrimas que derramar ni blasfemias que proferir.

Ya solo nos queda el silencio como instrumento de protesta, como herramienta defensiva contra la tiranía, el latrocinio y la estulticia. Cuando ya lo hemos probado todo contra el estridente y ensordecedor ruido político, ¿por qué no probar con un sonoro y elocuente silencio? ¿Por qué no probar con una huelga de silencio? Quizá el silencio sea la forma más adecuada de gritar. Quizá el silencio sea la forma más efectiva de ser escuchados.

HOMENAJE

Periodistas

Pedro Campo Rol

Madroñera

Ahora que se cumplen cien años del nacimiento del reportero conocido como Robert Capa, quiero hacer un homenaje al PERIODISTA, sí, con mayúscula. Así que separemos la paja del grano. No me refiero al periodista de gomina y catecismo, que adula hasta la náusea al poder, ni al que habiendo ocupado puestos políticos a dedo, ahora está de lameculos, de quien le proporcionó esos puestos, defendiendo lo indefendible porque la realidad le lleva la contraria. Ni al exmaoísta, que con camisa azul y haciendo una especie de ¿apología del terrorismo? dice que hay que quemar o volar la Audiencia Nacional, y al que por cierto, ningún juez ni fiscal ha tenido hu...os, para llamarle la atención. Ni a los que pululan por la caverna. Esos no.

Me refiero al que, tirando del hilo, pone en evidencia al poder y descubre las cloacas del Estado. Al que se infiltra en un grupo fascista, cabezas rapadas o de extrema izquierda violenta y se juega la vida por la verdad. Al que murió por buscarla y darla a conocer al mundo. Al que fue asesinado grabando esa verdad y sus asesinos no han sido juzgados, por lo que es posible que sigan matando al mensajero. Al que el poder le pone trabas para investigar y se busca los recovecos para descubrir las corruptelas. Al que descubre y denuncia las mafias inmobiliarias, mordidas, abusos del poder, ya sea político, bancario, judicial, eclesiástico, etcétera. Al que, en la guerra, narra las atrocidades cometidas por los ejércitos poderosos, que pagan sus frustraciones con la población civil, violando, asesinando y vejando a los débiles. Al que pone cara al pederasta, al que descubre al asesino. En fin, al periodista comprometido y vocacional que sabe que puede morir trabajando.

Robert Capa, Gerda Taro, José Couso, Julio Anguita, Ricardo Ortega, Julio Fuentes, Juantxu Rodríguez, etcétera. Y, a los que estando vivos, siguen trabajando con el mismo tesón y coraje que los anteriores. Os necesitamos. Un brindis. Va por todos vosotros.