PREFERENTES

Decidido: Estafamos

Agustín Arroyo Carro

Madrid

Podría ser la frase del epitafio de la tumba de Miguel Blesa, el tiburón azul o testaferro del PP en Caja Madrid hasta 2009. A medida que se van conociendo más datos y variada documentación sobre la investigación del caso Blesa, el grado de asombro, enfado, bochorno, crispación y desvergüenza va cubriéndolo por sus cuatro costados. Cacerías millonarias de caza mayor en varios continentes con rifles de 10.000 euros, Ferrari y coches de lujo, vinos franceses y Vega Sicilia, champán carísimo, caviar Beluga de 700.000 euros el kilo, zascandileos inmobiliarios y conversaciones con Agag, con Aznar para intentar comprar colecciones enteras de arte por 54 millones de euros, regalos electrónicos a los consejeros de Caja Madrid, compra del Banco de Florida por un valor engordado, sueldos y gastos de representación escandalosos, compra de coche blindado por 500.000 euros y otras minucias. Pero el ritmo de vida de este nuevo Craso, atildado e insaciable epulón pilarista, se queda pequeño respecto a su presunta y casi segura organización-trama del instrumento más perverso y embaucador de toda la historia de la banca española, la venta de 3.000 millones en participaciones preferentes a pequeños ahorradores y familias de la clientela tradicional de Caja Madrid. Había que capitalizar las oscuras y tambaleantes cuentas de la entidad por su imprudente política de préstamos hipotecarios peligrosos. Este arriesgadísimo producto bancario, vendido arteramente en cientos de sucursales de Caja Madrid, parecía un depósito seguro con una alta rentabilidad. Era una estafa colectiva con marchamo de legalidad. La confianza de los depositantes fue intachable. El engaño fue redondo. Los partidos del arco parlamentario español, además de la Judicatura, no pueden dejar abierta esta herida perpetrada contra cientos de miles de honrados ciudadanos.

EUROVEGAS

Adiós, 'mister Marshall'

Fernando Guerrero Barrio

Jaén

Cuando en 1952 Luis García Berlanga hizo la película Bienvenido mister Marshall, de gran éxito en la España de la época, no se imaginaba que en el siglo XXI se iba a repetir de nuevo su historia, aunque en esta ocasión el director no iba a ser él, si no el señor Sheldon Adelson con su proyecto Eurovegas, en el que ofrecía doscientos mil puestos de trabajo, a cambio de hacer una legislación especial para él con modificaciones en leyes como la ley antitabaco, legislación laboral, ley del juego, blanqueo de capitales y el aval del gobierno en la consecución de créditos, a estas peticiones hay que añadir la que blindaría el acuerdo a futuros cambios de gobierno o perdidas en su negocio, y que debería ser indemnizado por el estado Español.

Pues bien hasta aquí Eurovegas, el sueño americano, ya que el gobierno no ha aceptado esta última petición y el señor Adelson ha declinado la construcción de su complejo en España.

Aclaración: En la noticia publicada el domingo, en la sección de Sociedad, sobre el proyecto 'La maleta viajera' de La Coronada se deslizaba por error el nombre de Mamen Diestro cuando debía poner Mamen Sánchez.