LAS MENTIRAS

España, democracia de baja intensidad

Agustín Arroyo

Madrid

Aparentemente vivimos en democracia, pero no es verdad. La democracia formal no es sino una democracia ficticia, pero no real. En los engranajes de las democracias occidentales se ha infiltrado el gusano voraz del fascismo social que no sacrifica la democracia residual ante las exigencias del capitalismo global y depredador. Este velado fascismo social es multicéfalo. Se divide en 1) fascismo del apartheid, porque expulsa de la aparente democracia a varios colectivos: inmigrantes, toxicómanos, parados, pobres,jóvenes,pensionistas, etcétera; 2) fascismo paraestatal, porque privatiza ámbitos importantes de la vida social en manos de otros grupos de poder: mafias, estructuras corruptas, lobbies, paramilitares; 3) fascismo territorial, porque trata de forma diferente a zonas del mismo país criminalizándolas; 4) fascismo populista, por xenófobo, nacionalista y desigualitario; 5) fascismo de la inseguridad, con imprevisión social, depauperación, precarización del trabajo, amenazas y miedo. Y por fín, 6) fascismo financiero que aniquila a países enteros con el dictamen inapelable de los mercados, la pobreza y la deuda impagable. Ya no es elegante dar golpes de estado militares con sangrienta violencia en los países avanzados, ahora se impone una pseudodemocracia huera con mecanismo sutiles casi invisibles de dominación.

LA SUBASTA

Subida de la luz

Paquito

Por desgracia, esta gente está por encima de gobiernos, principalmente porque dependen de ellos, de una forma o de otra. Por eso, tienen que sacar alguna ley que prohiba a este tipo de empresas contratar a expolIticos.

CATALUÑA

PP y PSOE

Diego Mas

Madrid

PP y PSOE son los grandes responsables de la crisis disgregadora en distintas zonas de España que ahora acaba de explotar en Cataluña. Recordemos, entre otros capítulos, su aprobación y mantenimiento de una ley electoral antidemocrática que les favorecía a ellos y a los partidos los partidos nacionalistas periféricos y posterior complicidad con las injustas exigencias de a esos partidos, para poder gobernar en Madrid.

Así, de concesión en concesión, han ido cooperando a crear una insolidaridad que hoy revienta en plena crisis, cuando sucesivos Gobiernos centrales del PSOE y del PP se han mostrado tan incapaces y corruptos que hacen desean a casi todos los españoles independizarse de quienes tanto y tan injustamente están recortando nuestros recursos, derechos y libertades. Lo menos que deberían hacer ahora sería reconocer su enorme responsabilidad histórica, recabar el apoyo de ciudadanos y organizaciones sociales y políticas, y procurar una salida democrática, a estar gravísima crisis de la que tienen tanta responsabilidad.