TEtl presidente Ibarra se recupera satisfactoriamente de un grave episodio de salud. Si sus palabras son esperadas casi siempre con expectación las primeras que habría de pronunciar tras el internamiento en un hospital público se adivinaban trascendentales para su peripecia personal, para el devenir de su partido y para el porvenir político de nuestra comunidad. Sin embargo no se ha despejado ninguna incógnita. Eso sí, nos ha dicho que "se tomará la vida con filosofía".

La filosofía no es una forma de vida, ya se sabe. Sin embargo en épocas de cambios drásticos los hombres acostumbran a recluirse en sí mismos buscando su felicidad individual olvidando la especulación. El ejemplo paradigmático fue el helenismo en el que la cohesión y organización del mundo griego se vieron trastocadas. Surgieron el epicureismo, el estoicismo, el escepticismo... No veo yo a Ibarra entre los escépticos. Ni siquiera en el pensamiento políticamente correcto o incluso en el pensamiento débil. Tampoco tiene la madera suficiente como para entrar en el estoicismo y buscar la impasibilidad ante el dolor, la injusticia, las opiniones y ser tan feliz como Zeus en el cielo. Mucho menos le encontraremos entre los epicúreos que a través de la ausencia de dolor y la conquista de la imperturbabilidad querían alcanzar una vida libre de las ataduras familiares, de la intranquilidad de los negocios y... sin dedicarse a la vida política.

De manera que tomarse la vida con filosofía quizás consista en no fumar, hacer ejercicio, una dieta equilibrada y como mucho contar hasta cinco antes de hablar. Todo sea por su salud: Esperemos que el domingo gane el Barsa.

*Profesor