Preparamos en el instituto la semana del libro: rescate de palabras olvidadas, charla de Landero , montajes que hermanan cine y literatura, juegos sobre el Quijote en la biblioteca municipal, concurso de micro relatos por twitter que mezclen Dulcinea con Romeo y Alonso Quijano con Julieta , otro de marca páginas sobre el hidalgo, asistencia a El rastro del Quijote en el Gran Teatro y seguro que me olvido algo, pero no trato de hacer propaganda del centro y su dinamismo. Trato solo de aportar una ínfima contribución al homenaje debido a nuestra obra universal.

Mucho han escrito intelectuales y sabios, fabuladores y poetas, periodistas y políticos en lo que va de año, lamentando la mayoría de ellos la vergonzosa distancia de calidad entre las celebraciones institucionales programadas en el Reino Unido y España, con motivo del centenario de sus dos grandes genios Cervantes y Shakespeare . Desde aquel famoso artículo de Cameron , además de muchas y magníficas aportaciones que dejaban de lado la comparación y se centraban en ensalzar, estudiar, comentar y propagar el necesario valor de los dos genios inmortales, se ha insistido casi hasta la saciedad en afear no sé si al Gobierno, a la Real Academia o a la siempre lamentable idiosincrasia hispana, la birriática, improvisada y descoordinada intervención española frente a la británica.

Puede ser. Pero, como con criticar se saca poco, mi entorno educativo lleva todo el curso homenajeando a los dos escritores, desde su pequeño ámbito. Tantos pequeños ámbitos en el día a día construyen algo inmenso. Porque de nada sirve ver siempre la parte mala. Una es pequeña, pero como los grandes, prefiere, en lugar de sentarse a ver qué hacen otros, preguntarse qué está a su alcance para hacer más conocido Cervantes a la gente, y no solo el Quijote . Y al hilo de su reflexión, inquiere en voz alta, arrostrando el riesgo de levantar susceptibilidades que lamenta: ¿Qué tal un ciclo en la sin par filmoteca dedicado a nuestro escritor? ¿Y en la Oex? ¿Y en los multicines? Ahí lo deja. Solo como humilde ideíca.