La actividad política se parece al Tour de Francia que corren este año: es una marcha sin argumento en la que no se sabe quién va ganando. El presidente polaco se ha ido a consultar al de EEUU. Puede que el encuentro tenga relación con el congreso de exorcistas que se está celebrando en Polonia, según revelaciones de un periódico de Lituania.

Los gemelos, como son dos, van a parar los pies no sólo a Angela Merkel sino también a los rusos. El revólver de escudos nucleares y viajes a Washington ha cabreado a Putin, que amenaza con amenazar a todos los europeos en general y que ha amenazado en particular a Inglaterra por una novela de espías y porque ha llegado Gordon Brown, poco convincente.

La prensa conservadora de Inglaterra está también muy dolida con otro político alemán, el Papa, que, en cumplimiento de sus labores, ha ratificado lo que todos sabíamos: que la única Iglesia es la suya. No es que Ratzinger sea un cretino ni un grosero, pero a los protestantes, que siempre protestan, así se lo parece. También se lo parece a los ortodoxos, a quienes Ratzinger no debería permitirles que se llamaran así. Ortodoxos sólo somos los católicos. Los católicos americanos están atravesando dificultades de liquidez. Sus pastores se tomaron a pecho lo de "Dejad que los niños se acerquen a mí", y la pedofilia es muy cara. Una forma de recuperar el dinero de las indemnizaciones que están pagando sería que los obispos españoles les ofrecieran espacios publicitario y, junto a cada foto de esos 500 mártires que van a beatificar, publicarán la de uno de los niños americanos que han merecido un trato especial.

Corea del Norte se ha hecho razonable o necesita mucho el dinero, y está cerrando centrales nucleares. Israel parece empezar a admitir que los palestinos existen y tienen cohetes. En Africa se avanza mucho. Sarkozy ha recuperado Argelia --"yo no os hice la guerra que os hizo Francia" les ha dicho con un par-- y su señora ha ido a consolar a las enfermeras búlgaras de Libia sin avisar antes al pelotón. ZP no arregla Navarra pero ha recuperado México. ¡Qué lindo!