TLta coalición IU ha puesto un digno estrambote a la obra que varios autores han venido escribiendo y representando en los últimos días, en los que, entre todos, han dado lugar a un espectáculo en el que cada autor o actor ha puesto más alto el listón del absurdo. Por si no hubiésemos tenido bastante con los actos anteriores, en los que el despropósito ha brillado a gran altura, los dirigentes de la coalición amenazan ahora con recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura la decisión de la Guardia Civil de desviar el tráfico de vehículos antes del lugar de la protesta, pues, con esta decisión, han sido muy pocos los vehículos afectados por el corte de la autovía.

Es decir, según los responsables de la coalición, el cumplimiento de la sentencia del ¿alto? Tribunal no se cumple dejándoles cortar la autovía; para que el cumplimiento ¿de la letra o del espíritu?, de la resolución judicial fuese completo, la Guardia Civil tendría que haber colaborado al éxito de la protesta, llevando al sitio a los conductores para poder informarles de los motivos de la misma.

Los veteranos militantes de IU tendrían que recordar a la actual dirección que antes (ya estamos con las batallitas), para cortar las carreteras no se pedía permiso, sólo se avisaba a los medios para que amplificaran con su información el acto reivindicativo, el cual, para que fuese completo, requería de la actuación de las fuerzas de orden público, a ser posible contundentemente, lo cual permitía alargar los efectos de la reivindicación pidiendo la dimisión del gobernador civil de turno (buenos disgustos le dimos al último gobernador de la etapa de la UCD Martínez Fresneda ).

Si los dirigentes de IU tuvieran a mano el manual que utilizábamos entonces, no tenían que haber pedido permiso para cortar la autovía, con lo que no hubiesen tenido necesidad de recurrir y, por tanto, hubiesen evitado el papelón del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

Tenían que haberse ido, tras avisar a los medios de comunicación, a la intersección de la autovía con la carretera nacional (para evitar los desvíos del tráfico); una vez allí, si la Guardia Civil aún no había acudido, se la espera, entregando información, vino y aceituna a los conductores, y, una vez que llegaran los antidisturbios, tras dialogar los dirigentes de la coalición acaloradamente con el mando de las fuerzas, unos incontrolados cortan la autovía, momentos antes de salir todos corriendo por los viñedos circundantes para evitar los pelotazos. Así lo hacíamos con el gobierno de la UCD, y daba resultado.

*Director de la consultora Depaex