La Federación Española de Fútbol (FEF) ha cometido una grave irresponsabilidad al no unificar los horarios de los partidos de la penúltima jornada, en la que muchos equipos se jugaban el ser o no ser. Tanto la batalla por la permanencia en Primera División como la que se libra por ocupar plazas que den opción a jugar la Copa de la UEFA implican a un buen ramillete de equipos, algunos de los cuales tendrán la ventaja de saber el resultado de algunos de sus rivales directos. Se abre así la posibilidad de que la competición quede falseada.

Angel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, podría haber impuesto la unificación de horarios en la penúltima jornada, puesto que ésta es más decisiva que la que viene, cuando ya quedarán menos incógnitas. Así, cinco partidos que se juegan hoy dependían del resultado que se diera ayer en el Deportivo-Celta. ¿Por qué no ha actuado Villar ? Pues porque las televisiones --de las que depende en buena medida la financiación de los clubs-- han presionado para que haya partidos en horas y días diferentes. Pero esa técnica federativa de no actuar para no enfrentarse a televisiones y clubs no hace sino convertir en endémicos algunos de los problemas del fútbol español.