TMtucha gente se preguntará de dónde habrá sacado la ministra Trujillo la inspiración para una idea tan sorprendente como la de hacer pisos de treinta metros. De Finlandia y los países nórdicos, aseguran los más rápidos; de las casas nidos japonesas inventadas para remediar la escasez de espacio, certifican los más viajados; pero pocos han pensado que la idea pudiera empadronarse en esta tierra extremeña.

El modelo es resistente, tiene cientos de años, y ha demostrado que un hombre de luengo y enjundioso esqueleto puede vivir en una habitación de poco más de cuatro pies y medio durante mucho tiempo. Vivir y llegar a santo. Así que en 30 metros bien puede entrar un convento entero. El molde, el conventico del Palancar, donde el fraile de Alcántara, Pedro , implantó escuela de arquitectura minimalista y lección de cómo apretarse el cinturón. La propuesta, pues, tiene raíz autóctona, y está comprobada, religiosamente, como muy resultona.

Distinto es que la ministra no haya reparado en el trauma que los españoles tienen con el tamaño: nunca fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre lo que son dieciocho centímetros. Hacerlo sobre treinta metros, llevará siglos.

*Licenciado en Filología