La huelga anunciada por un sindicato volverá a dejar a Extremadura este verano sin una de sus conexiones por talgo con la capital madrileña. En los últimos meses me he visto obligado a utilizar este medio de transporte y he podido comprobar que estamos a años luz de lo que se disfruta en otras comunidades. Y no creo que sea por ocupación, porque en casi todas las ocasiones que he viajado, los vagones iban repletos. Me resisto a pensar que los extremeños tengamos que ser diferentes al resto del país y, si existe falta de pasajeros, es precisamente por las carencias de un medio que, antes que un negocio, debiera ser un servicio público irrenunciable. En este tiempo donde ya se ven importantes mejoras en carreteras, es una pena que el tren siga estancado. ANTONIO S. SALAS Cáceres