Un nuevo nombre ha brillado en esta L edición del Festival de Teatro Clásico. Un Darío Fo entrañable dejó constancia de su gran verbo a su paso por la capital extremeña, que se rindió ante el poder interpretativo de este señor de la escena, audaz, sagaz y mordaz. El actor italiano recogió el premio Scaena, como homenaje a su larga y brillante carrera.

Pero en el día a día no sólo brillan los genios, la actualidad ofrece nombres desconocidos que cobran protagonismo en el escenario del drama. Una mujer boliviana, como tantas otras; inmigrante, como tantas otras, relata sus vivencias laborales desde la angustia y el llanto. Es la otra cara de la realidad más severa y cercana.

Y finalmente están los problemas cotidianos, pero no por ellos importantes. Es lo que sucede con los más de 600 vecinos de la aldea de Valdesalor que, a poco más de un kilómetro de un gran embalse al que debe su nombre, sufre desde hace un mes continuos cortes de agua. La protesta no se ha hecho esperar y, al parecer, habrá surtido efecto en breve con el compromiso de la empresa adjudicataria del agua cacereña de poner los medios para resolver el asunto.