Pintor

Y ahora la tristeza. Mal asunto este de la tristeza. Los niños, cuando la descubren, dejan de jugar. Asimismo, una ciudadanía triste es un colectivo desconvocado. Nuestra sociedad está muy lejos de la perfección y además se nos induce tácitamente a dar por buenas muchas cosas que solamente son relativamente aceptables, pero en estos tiempos la opinión pública ha dado un paso adelante incluso con euforia, aunque ahora el ciudadano está triste por lo de Irak, está en un estado parecido al que en psiquiatría se llama el sentimiento de pérdida.

Desde arriba nos inculcan que el bien es aquello que los hombres poseen y el mal lo que desean; por eso todo lo que está establecido tiende a defenderse del deseo colectivo. ¿Lo conseguirán?