TLtas políticas sociales y mediomabientales serán dos ejes esenciales de la política del Gobierno. Algo así dijo Zapatero hace unos días. Y lo ha demostrado cargándose los ministerios de Medio Ambiente y de Asuntos Sociales y a sus respectivos titulares, Narbona y Caldera , de lo mejor que tenía el anterior Ejecutivo. Incluso, Medio Ambiente, que quizás se merecería una vicepresidencia desde la cual coordinar de manera transversal medidas medioambientales; al menos, el cumplimiento del Tratado de Kioto y la vigilancia de la sostenibilidad de cualquier proyecto. Y Asuntos Sociales, pues estaba con Trabajo, que tampoco es lo suyo pero seguramente mejor que Educación. Pero llegan más carteras, ¿no es mejor Asuntos Sociales e Igualdad en un pack único y sólido? Si Narbona vale mucho, ¿por qué la dejan ir? Quizás estorbaba ya que lo hacía bien. Se cargan a los más progresistas de la legislatura anterior y esconden dos áreas básicas del Estado de Bienestar actual. La economía neoliberal campando a sus anchas sin ningún contrapeso social ni medioambiental fuerte.

Aún hay más. Una creía que la cuestión de la igualdad era también, por qué no, el tomar asientos que antes nos estaban injustamente vetados, transformar el sistema desigualitario y depredador; y hete aquí que nos alegramos porque una mujer sea ministra de la Guerra (porque, ¿de qué hay que defenderse?, y además de los males de seguridad que más sufrimos, incluida la lacra del terrorismo, se encargan el Ministerio de Interior y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad), que sí, que es estupendo que los tíos se cuadren ante ella y que la institución quizás más machista tenga una jefa. Pero nos disgusta que aún tengamos que tragar con que España sea uno de los estados que más armas vende a los países empobrecidos, y cuyas tropas aún están en Líbano y Afganistán (¿qué carajo hacemos allí?), aunque sea de manera legal. Nos gustaría saber si Carme Chacón va a aprovechar su nuevo puesto, por el que la felicitamos, para reducir los efectivos en el extranjero. Y de paso le pediríamos una reducción del gasto militar (en su conjunto, incluso las partidas de investigación, etcétera que encubren gasto militar) y que se destine el sobrante a gastos sociales y a infraestructuras.

Y en cuanto a Zapatero, promete su cargo ante una Biblia y una cruz; libre es de hacer lo que quiera, pero ¿no hubiera tenido suficiente con la Constitución? Como creyente no me motiva nada que la simbología religiosa se meta en el espacio de las instituciones civiles. Los domingos, que el presidente juegue al tenis o vaya a la parroquia, y en Semana Santa, que vaya a Doñana a descansar o a las procesiones de Cuenca; pero como cabeza de Gobierno de un Estado aconfesional una opina que lo mejor es dejar las Sagradas Escrituras en la mesilla de noche, en la biblioteca o en la capilla, y que prometa para todos en laico, y después puede irse a poner flores a María o a misa. Y además todo el 14 de abril. En fin.

*Periodista.