Nadie pone en duda la monumentalidad de Trujillo y su peso específico en la relación de Extremadura con Iberoamérica desde hace cinco siglos. Por ello es más que lógico que aspire a ser declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco, proceso que ya ha iniciado la villa trujillana.

Cáceres, Mérida y Guadalupe cuentan ya con la declaración universal. Pero Trujillo tiene tantos méritos como las otras tres ciudades extremeñas para aspirar a la distinción que le permitiría entrar en el catálogo de la Unesco y recibir fondos para conservar sus bellos monumentos. Por lo visto hasta ahora, la corporación municipal está realizando un trabajo serio, apoyado por expertos de la Universidad de Extremadura, con lo que la aspiración lógica de Trujillo puede hacerse realidad en una próxima reunión del organismo internacional. Aún queda un largo camino hasta conseguir el objetivo que persiguen los trujillanos, avalado ya por varias instituciones y municipios y al que sin duda se sumarán todos los demás.

Un mayor flujo turístico y el apoyo a la costosa conservación de sus enclaves son algunos alicientes que han de hacer que Trujillo siga luchando hasta conseguir ser oficialmente universal .