WLwos Veinticinco han pactado con Turquía el proceso que deberá seguir para su ingreso en la Unión Europea. La negociación tenía, y tiene aún, dificultades objetivas: hay muchísima diferencia entre el nivel de renta de los turcos y la media de la UE, y las garantías de respeto a los derechos humanos que ofrece este país están aún lejos de los estándares europeos. Pero no era ni justo ni estratégicamente útil que la UE le cerrase sus puertas con una respuesta que, más o menos disfrazada, equivaliese a un no, porque sois musulmanes, o no, porque sois demasiados , justo lo que pretendían quienes ofrecían un estatuto privilegiado de asociación en vez de la admisión.

Este pacto derrota al europeísmo más conservador, que con el no a Turquía enviaba un mensaje de rechazo a todo el mundo islámico. En cambio, es la victoria de un Gobierno turco islámico que ha hecho más esfuerzos reformistas que cualquiera de los anteriores gobiernos laicos. Y ganan, también, las expectativas de una solución al contencioso de Chipre. Pero, sobre todo, avanza el tono democrático del proceso europeísta, porque la sonada votación del Parlamento Europeo a favor de a Turquía, aunque no era vinculante en la práctica, ha vuelto a ser decisiva.