El 1.º de Mayo los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo celebramos el Día Internacional del Trabajo. Lo hacemos con la firmeza de reclamar los valores de la justicia social y el avance de los derechos laborales y de ciudadanía como base esencial para alcanzar sociedades modernas y democráticas.

En esta fecha emblemática, las manifestaciones y los actos reivindicativos que se celebren en Extremadura deben servir de toma de conciencia para abordar las soluciones necesarias que acaben definitivamente con las terribles cifras de siniestralidad laboral, que con 37 muertes y más de 16.000 bajas por accidente en el puesto de trabajo en el 2005, han hecho de éste uno de los años más aciagos para la salud y seguridad de los trabajadores y las trabajadoras. Frenar y disminuir la contratación temporal sin calidad y el paro femenino y juvenil deben ser otra de las aspiraciones importantes para este 1.º de Mayo. Debemos, así mismo, reforzar los impulsos dados para la solución definitiva de la problemática que acucia de manera importante a los trabajadores y trabajadoras del campo y que tanta repercusión tiene para la economía regional.

Abordamos esta celebración reivindicativa para la clase trabajadora, con un nuevo horizonte de esperanza para toda la ciudadanía de vivir en paz y democracia sin la lacra del terrorismo. Y lo hacemos también sin olvidar la defensa de los derechos humanos y el compromiso solidario con los pueblos que luchan por salir de la pobreza extrema.

Desde CCOO creemos también necesario seguir exaltando la fecha del 1.º de Mayo como señera del movimiento de los trabajadores y del sindicalismo de clase, aspirando unitariamente a una sociedad más justa, democrática e igualitaria.

Coincidimos con la Unión General de Trabajadores en estas reivindicaciones porque hemos compartido análisis, propuestas y programas de trabajo. Por eso, se hace difícil digerir la negativa de su dirección regional a caminar junto a CCOO en los actos previstos en Extremadura para este 1.º de Mayo, como ha ocurrido durante los últimos 15 años.

XRESPETANDOx su decisión, aunque no compartiéndola, y aún intentando frustradamente reconducir la situación, desde nuestras posibilidades y hasta los últimos momentos, asumimos nuestra responsabilidad y autocrítica ante los trabajadores y las trabajadoras si, a su juicio, nuestro proceder para este caso no ha sido el más apropiado. La unidad en el seno del movimiento sindical de clase es un valor en sí misma para los intereses de los trabajadores y de las trabajadoras, por lo que debe ser fuertemente demandada y exigida. Para la acción sindical en el terreno socioeconómico y en el sociopolítico alcanza, además, un interés estratégico de primer orden que garantiza la fortaleza de las reivindicaciones y refuerza las garantías y la confianza para el resultado final, tanto en el acuerdo como en la movilización. Las disputas sindicales por las señas de identidad propias, por la preponderancia en la representatividad o por los enfoques diferentes ante determinados hechos o concepciones aisladas, todas ellas muy importantes y legítimas desde la óptica propia de cada organización, no pueden poner en brete este alto valor de la unidad.

La expresión práctica de la unidad de acción se vive y desarrolla en lo cotidiano, en los centros de trabajo, en los convenios y pactos colectivos, en las negociaciones de carácter institucional, etcétera. Pero esta expresión requiere de una escenografía en la calle, que la simbolice y exalte ese carácter de valor esencial, siendo los primeros de mayo, precisamente, de las pocas oportunidades que de forma sistemática tenemos los sindicatos para que esta escenografía se lleve a cabo.

Como máximo representante de CCOO en Extremadura, me comprometo a ejercer con responsabilidad las acciones necesarias para recuperar la unidad del movimiento sindical, que tan buenos frutos ha dado en nuestra región, y que siga siendo la máxima expresión de la fuerza del trabajo.

*Secretario Generalde CCOO de Extremadura