Han pasado 30 años desde que se produjo la entrada de España en la Unión Europea y, en consecuencia, 20 del cambio de moneda (1 euro = 166 pesetas), que ha perjudicado sustancialmente nuestra economía a todos los asalariados, autónomos y pensionistas. No entiendo cómo pudimos aceptar este cambio económico que ha supuesto una pérdida de nuestro poder adquisitivo de un 60% aproximadamente. En mi caso, mi jubilación coincidió con esta variación, y actualmente estoy cobrando casi lo mismo. A lo largo de este periodo, ningún político, sociólogo o economista ha sabido arreglar este desequilibrio social que tantas veces se ha mencionado en las campañas electorales. Gran parte del colectivo mencionado se ve obligado a empeñarse gravemente para poder llegar a fin de mes. Si los poderes de estos países no arreglan esta injusticia, continuará la corrupción, la delincuencia, las crispaciones y un descontento en general de todos los afectados. La UE nos ha salido muy cara, pues consiente los paraísos fiscales cuyo montante económico podría arreglar muchos de estos problemas sociales y económicos. Con el arreglo de este desequilibrio social podrían producirse mejoras como el consumo, creación de puestos de trabajo, ahorro familiar para imprevistos, etcétera. En mi caso, la pérdida ha sido de un poder adquisitivo de un 50%, aproximadamente; cobrando una pensión media debería estar cobrando un 50% más para equilibrar el poder adquisitivo, y así sucesivamente con toda la escala salarial. No estoy proponiendo una utopía sino manifestando la desigualdad social a la que tanto aluden los sociólogos y políticos en campaña electoral.