Dramaturgo

Contraste entre la portada y la contraportada del Periódico del viernes 9. En la primera una fotografía del nuevo rector, don Francisco Duque, junto al atril de los protocolos, mirado de soslayo por el ex, don Ginés Salido, escrutado por el fino tertuliano y ganadero, don Alberto Oliart, y a distancia, como mirado desde la Comisión de Sabios Electorales, por el presidente de la Junta. Todos barbados (menos el consejero don Luis Millán Vázquez) y todos universitarios. En la contraportada los alumnos del quinto curso de Ciencias del Deporte de la Uex, en pelota picada para buscar financiación y marcharse al Caribe a celebrar su graduación. Puro contraste entre las palabras de un futuro de calidad, de un uso honesto de las financiaciones y de un progreso imparable y las pieles desnudas aún sin despellejar por la vida y los saltos de longitud. ¿Paradoja? ¿Simbolismo de algo?

Hubo un tiempo en el que los extremeños debían coger maleta y billete y emigrar hacia Salamanca, Sevilla o Madrid (menos al Caribe) para hacer carrera y ¿retornar? con la frente despejada, las pieles curtidas y el acento extremeño enterrado bajo las eses foráneas del camuflaje de la identidad. Después vino la Universidad nuestra y el orgullo de tenerla como fuera. Ahora llega la calidad, el momento de desterrar los fulmontis de la financiación, de darle a cada uno la ropa necesaria para llegar a todos los caribes que hagan falta, y de justificar los atriles de protocolo ante todos los extremeños que sin estar en la foto de portada, están presentes con sus esfuerzos para que el rector Duque y su equipo y todos los rectores que le sucedan, sigan apostando por el futuro.