TEtste país hizo encaje de bolillos en su transición política, pero tiene serios problemas en su transición social, dados los antivalores que intentan cuartearla. Por lo que es necesario promover, desde las raíces escolares, los valores que sean capaces de reorientar la educación. A saber: Pluralismo ideológico, potenciación de la solidaridad, el respeto a los demás y el diálogo. Convivencia y tolerancia, desterrando dogmatismos excluyentes. Libertad y paz: que usada aquélla, con equilibrio, proporciona ésta. Participación y responsabilidad, que propicien vínculos de afecto entre los grupos sociales. Junto a estos valores, fomentemos en nuestros hijos un ponderado espíritu crítico, fortaleciendo su capacidad de discrepar, desde la racionalidad y el decoro. Eduquemos, pues, para el conflicto y la crisis, índices inequívocos de sociedades avanzadas. Eduquemos para la polémica, la confrontación y el debate. Y, por fin, en aras de un urgente rearme cívico-moral, edúquese para la recta utilización de los medios de comunicación, en exceso ideologizados, enseñando a descubrir los espacios sesgados de la TV, a detestar ciertos mensajes subliminales de prensa y a rechazar los programas basura que ensucian las jóvenes retinas...

*Doctor en Historia