Varios universitarios de filología pretenden recuperar y dar a conocer a través de internet, para ponerlo en uso, un dialecto extremeño que dudo haya existido como tal, estremeñu lo llaman. Otros dirían que se trata del castúo. Uno u otro son hablas populares que carecen de reglas gramaticales concretas y en cada zona de la región se utilizan localismos y expresiones orales distintas.

Recuerdo que durante la Transición española, cuando se estaban formando las autonomías, todas las regiones miraban hacia sus adentros para buscar sus señas de identidad, y en Extremadura se produjo un romántico amago de florecimiento del castúo a través de los poetas Luis Chamizo y José María Gabriel y Galán . Aprendimos versos de estos poetas de memoria, pero no pasamos de ahí.

Ha habido utópicos lingüistas universales como el médico polaco Ludvic Lazarus Zemenhof , inventor del idioma esperanto, que bien podría haber servido para que esta humanidad tan dispar se entendiera sin necesidad de hablar por señas --que es lo que suelen hacer en verano en Benidorm un alemán y un español que no saben inglés--. Pero no, nuestro Zemenhof no tuvo éxito, y la humanidad, como es muy lista y muy conservadora para lo que le conviene, prefiere mantener muchas lenguas distintas y recuperar otras tantas sin venir a cuento, para que cada vez nos cueste más comunicarnos.

Qué paradoja, por un lado ansiamos intercambiar culturas, y sin embargo a eso que llamamos lenguaje y deberíamos unificar para que fuese la herramienta que nos sirviera para entendernos y transmitirnos unos a otros nuestros conocimientos, lo utilizamos cada vez más para distanciarnos. Incluso muchos jóvenes están empezando a comunicarse por escrito utilizando un castellano sintetizado y deformado, de difícil lectura para muchas personas adultas " x + q insistas no kedaré kontigo" podría ser un ejemplo.

Cuánto ayudaría a la humanidad disponer de un lenguaje universal, como podría ser el esperanto, aunque se perdieran otras lenguas. Pero eso es utópico, tan utópico como querer recuperar una lengua que nunca existió: el estremeñu.

*Pintor.