Escritor

Dos viernes consecutivos he viajado hasta La Serena, una comarca que no deja de ser para mí un lugar lejano, como muchos de los que visito de esta tierra extensa por culpa, claro está, de la peculiar situación geográfica de mi ciudad natal. Estuve en Castuera para participar en un Seminario sobre Creatividad organizado por la Universidad Popular que, por cierto, celebra sus primeros quince años de existencia. Sería una torpeza descubrir a estas alturas el incalculable valor de mediación sociocultural que estas instituciones están llevando a cabo en la región y más tratándose de una de las más activas, emprendedoras y emblemáticas, cuya mera mención aglutina, entre otros, nombres como los de Juan María Vázquez (el carismático presidente de la Diputación de Badajoz, que la fundó siendo alcalde), Francisco Martos (concejal de Cultura entonces, primer edil ahora y presidente de la federación de U. P. de Extremadura) y Juan Carrillo (su director). Esa misma tarde, en otra sala de la misma Casa de Cultura, pude participar en una sesión del Taller de Relato y Poesía, coordinado por el poeta Alejandro López Andrada, lo que me permitió volver a comprobar el alcance de ese sorprendente proyecto que no deja de darnos alegrías. Todavía tuve tiempo de asistir al fallo del jurado del premio "Felipe Trigo" en Villanueva de la Serena y, ya de madrugada, perpetrar un viaje al fondo de la noche, uno de los más peligrosos de mi vida por culpa de la lluvia, la niebla, el viento y cuantos agentes meteorológicos tuvieron a bien conjurarse contra mi regreso a casa.

La luna llena reinaba, sin embargo, cuando dejé Valle de la Serena el pasado viernes. El pueblo, por el retrovisor, parecía de belén. Confieso que ni siquiera sabía que existiera un sitio con ese nombre cuando me invitaron a ir, y eso que había pasado por el cruce de Quintana algunas veces. Allí me llevo un motivo feliz: la celebración del vigésimo aniversario de la biblioteca pública municipal, "Donoso Cortés", y, de paso, la concesión a la misma del primer premio nacional en la V Campaña de Dinamización Lectora que concede el Ministerio de Educación y Cultura de España y la FEMP. Se lo han otorgado en la categoría de municipios de menos de 50.000 habitantes (más de los que tiene Plasencia) y Valle de la Serena no llega a los 1.500. La responsable del proyecto Biblioteca, rincones para perderse. Piénsalo, lee es una jovencísima bibliotecaria llamada Marisol Mateos Nogales. Sobre ella recayeron todos los elogios de la tarde pues, a pesar de los apoyos del ejemplar ayuntamiento de su pueblo y del colegio público "Donoso Cortés" (que ha colaborado con ella en el programa, algo digno de ser resaltado pues la lectura aúna lo educativo y lo cultural), son las personas concretas las que ponen en marcha las ideas y las que, a duras penas, las llevan a efecto. Todos los presentes nos sentimos muy orgullosos de que a Valle de la Serena, un enclave pequeño de la Extremadura rural, se le concediera el premio al "pueblo que mejor lee", como dijo Juan Carrillo. Pueden imaginar que para alguien que antes que nada se jacta, como Borges, de ser lector, que además escribe y que, para colmo, coordina el Plan Regional de Fomento de la Lectura, el premio y, más allá, el proyecto que Marisol encarna es un motivo de felicidad y un aliciente. Sabemos que la tarea no es fácil, que los enemigos son muchos y que los resultados no se verán a corto plazo, pero la aventura es tan apasionante que bien merece perder parte de la vida en el intento.

En ésas estamos. Y somos muchos. No lo duden.