WBwarcelona se juega estos días la posibilidad de convertirse en el primer referente europeo y mundial de la industria de la alimentación. El salón Alimentaria es fundamental para ese objetivo, con 5.000 empresas exhibidoras, más de un centenar de ellas extremeñas, dispuestas a atender a 150.000 visitantes, una cifra insólita para este tipo de certámenes. El éxito depende, evidentemente, del contenido del salón, pero también de la logística complementaria. Una feria que aspira al liderazgo global debe tener una organización perfecta, desde la buena traducción simultánea en las reuniones de trabajo a un óptimo servicio de transporte para los asistentes.

Desde la primera edición de Alimentaria, en 1976, el sector agroalimentario ha vivido una gran transformación, sobre todo en la UE. La demanda de productos de consumo fiables, sanos, duraderos y adaptados a las nuevas pautas familiares han forzado a las multinacionales a crearlos. Lo que se exhibe en Montjuic y L´Hospitalet nace de ese esfuerzo y de la calidad de las materias primas. Pero el éxito final de la oferta depende asimismo del trabajo de unos científicos y técnicos de todo el mundo que se reúnen estos días en la capital catalana para perfeccionarla en todos los sentidos.