El sábado les tocaba reflexionar a los votantes, que no reflexionaron, claro (¿reflexionar qué?), y ahora les toca reflexionar a los partidos, que desde ayer intentan encajar los resultados, los cuales no han sido tan inesperados como se esperaban y, por lo tanto, no han supuesto demasiada sorpresa. Lo que los partidos intentan encajar desde ayer, en el caso del PP y de Podemos, es el mazazo: Pablo Casado ha perdido 71 escaños y Pablo Iglesias ha pasado de 71 a 42. Y en el caso de los demás, o más concretamente en el caso del PSOE, lo que debe encajar Pedro Sánchez es cómo pactar, o con quién, y con qué consecuencias. Esa es la reflexión que ahora le toca.

Una reflexión por la que los votantes deberán esperar un ratito. Así que comparezca Lichtenberg: «Es sabido que los ratitos son más largos que los ratos». En efecto. El encaje no va a ser inmediato, dadas las posibilidades de pactos, o más bien su dificultad, y los votantes, por tanto, están obligados a aceptar que se dé también la posibilidad de que la legislatura que surja de estas elecciones esté condicionada a repetirse, es decir, a que haya otras cuatro elecciones generales en un ratito de cuatro años, como ha ocurrido en estos últimos cuatro años. Que Sánchez no lo permita. Pero intentar gobernar en solitario y en minoría (123 diputados), como sugieren o proponen Carmen Calvo y José Luis Ábalos, que rechazan el apoyo de Podemos y de ERC, no sería una reflexión, sino el miedo a la genuflexión. Tontamente.

El PSOE está obligado a pactar. ¿Con Ciudadanos, por ejemplo? Serían 180 escaños, pero las bases y los simpatizantes socialistas ya han dicho que no. También Ciudadanos, que ha confirmado asimismo, a través de Inés Arrimadas, que el partido de Albert Rivera no solo da portazo a negociar o a investir a Sánchez sino que descarta incluso abstenerse, llegado el momento. ¿Con Podemos, quizá? Sería una opción, pero insuficiente: 165 escaños. Y en cuanto a los escaños de partidos periféricos, sumados a los de Podemos, mejor olvidarse. Sería otra genuflexión. El PSOE ha ganado las elecciones, sin duda, pero ahora debe ganarse a los votantes.