El tamayismo, emergente ideología de Eduardo Tamayo, el tránsfuga del PSOE que ha revolucionado la Comunidad de Madrid, está en boga. Así lo afirma José Antonio Vera en La Razón, quien argumenta: "El tamayismo supera al socialismo por su novedoso credo guolestrit ". Que no es otro, dice, que usted nos da el voto y recibirá los beneficios. Y alerta Vera a quienes creen imposible que su partido, Nuevo Socialismo, "tenga un solo voto", ya que "los pelotas han empezado a hacer cola".

En El Mundo, Javier Ortiz, no sale de su asombro con Nuevo Socialismo: "Dudo que se lo tomara en serio. Alguien debió decirle que le convenía llevar la pantomima a sus últimas consecuencias para seguir fingiendo que lo suyo es una escisión estrictamente política, y él lo hizo". Y sigue: "Empiezo a sospechar que la señora Sáez está silenciosa a su lado porque teme que, si se pone a hablar, le entraría la risa". Ortiz explica "la extraña labor de un diputado socialista español que abrió una oficina en Caracas (...), punto de encuentro para los conspiradores dispuestos a derrocar a Chávez". ¿Adivinan quién era? Y concluye: "La historia que cuenta Tamayo suena a hueco. Igual que la insistencia del PP en que no tiene nada que ver. Pero el intento de los dirigentes del PSOE de presentarse cual querubines sorprendidos por un desaprensivo traidor presenta los ingredientes de lo inverosímil". Como dice Javier Tusell, en El País, sobre el "espectáculo" de acusaciones: "Con la mayor parte de los protagonistas, ni por curiosidad malsana apetece tomarse un aperitivo".