WEwl Sínodo que reúne en el Vaticano a 250 obispos y dirigentes de órdenes religiosas es el verdadero inicio del pontificado de Benedicto XVI . Algunos obispos y fieles católicos, esperanzados tras el sorprendente encuentro entre el Papa y su antagonista Hans Küng , esperan que pueda ser la ocasión de abordar la actualización de la Iglesia a los nuevos tiempos y a las diversas culturas tras la parálisis del pontificado de Juan Pablo II . Pero en el documento preparatorio de esta cumbre hay síntomas de lo contrario, como la insistencia en el rechazo de la comunión para los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil o la promoción de las formas más tradicionales de la liturgia, incluyendo el uso del latín.

Dos factores pudieron influir en la elección del Papa. Su prestigio como una persona capaz de escuchar a los obispos y los teólogos (antes de sancionarlos) y la evidencia de que es una de las cabezas de la Iglesia más conscientes de la crisis religiosa de Occidente. En las próximas semanas se probará si mantiene su capacidad de diálogo. Y si su respuesta a la deserción de los fieles es resignarse a consolidar una Iglesia basada en la seguridad tradicional de los convencidos, y no en la necesidad de recuperar a los alejados.