TNtos golpea tal vorágine de noticias que revienta cualquier expectativa. Todo está en alerta roja ¿Asideros? Pocos y dudosos. Sólo sabemos que, desde arriba, alguien mueve los hilos que nos zarandean y empujan, haciéndonos bajar contra reloj por angosta carretera, con gran peligro de que nuestro renqueante vehículo nacional caiga por el precipicio. Así mismo, y a calzón quitado, nos atronó, demasiados días, una agria campaña electoral, que acaba de silenciar sus ruidosos timbales, videos osados y soflamas. Y hemos asistido a la caída de Berlusconi , que marchó a su casa, entre el desprecio de muchos; polemista y fanfarrón, era perejil en todas las salsas, pero, político de raza, no se arrugó cuando le partieron la cara, aunque, creyendo que la política era un juego sucio de compadres, fue rechazado por quienes le pedían soluciones, ignorando la advertencia de François Mauriac : "los políticos son como los cirujanos, cuyos errores son mortales". Embriagado de política, fue su víctima, la que, según Kissinger , es el "más fuerte poder afrodisíaco".

Hoy día 20, se escenifica el silencio, y, a la noche, una Europa expectante conocerá el nombre del candidato ganador, entre sus épicos laureles y la responsabilidad asumida, aunque aliviada con la esperanza de un país agarrado al clavo ardiendo del nuevo gobierno, del que se espera haga el milagro de crear confianza en los mercados que, con dientes como sables, parecen devorar cuanto les sirva de ganancias. Pero se acabaron las pócimas milagrosas y el ungüento de fierabrás sólo está en El Quijote . La situación, pues, es grave, con una economía estancada, 700 mil millones de deuda y una prima de riesgo de 525 puntos, en plano de rescate. Ante hechos como este, La UE prepara planes retirando de ayudas e impidiendo el voto a los países incumplidores, mientras tutelará sus presupuestos. Un feudalismo en pleno siglo XXI, que fragilizará la soberanía de los países. Así las cosas, se abre ahora, en Italia y España, un ciclo político de importancia capital, bajo el timón de Mario Monti y del candidato español que salga elegido de las urnas. Un fuerte viento de popa, en sendos paquebotes nacionales, ha de llevarles al puerto del saneamiento económico y del bienestar social, tirando por la borda el paro, el estancamiento y la incertidumbre. En cuanto a España, es tiempo de arropar iniciativas y no de algaradas suicidas, pues el reloj de la historia señala la hora de una urgente cooperación patriótica, sin exclusiones de nada ni de nadie. El esfuerzo será titánico, pero no se puede abandonar a esos 5 millones de parados, ni continuar un minuto más en el lugar, gris y sin pulso, que el país ahora ocupa, tras haber sido la 8 potencia del mundo.