El Ayuntamiento de Cáceres aprobó en su último Pleno una moción del PP para poner el nombre a una calle, a una plaza o a una avenida en recuerdo a las víctimas del terrorismo. Además, se organizará un homenaje público con participación de colectivos cívicos. La moción fue aprobada por unanimidad y estamos seguros de que pocas veces, como ésta, el resultado de una moción municipal tendría un traslado tan coincidente con el sentir de los ciudadanos. Hay que reconocer, por tanto, el acierto de los concejales y el acierto del PP tanto al presentarla como su disposición a retirar aquellas ideas que pudieran enturbiar la voluntad de todos los grupos a apoyarla. Tal era el caso de la frase, incluida en la moción y luego retirada porque podría suscitar controversia entre los partidos, que hacía referencia a que las víctimas del terrorismo han padecido falta de atención.

Probablemente el PP lleve razón: las víctimas del terrorismo han estado olvidadas durante muchos años. Una actitud que no es achacable a un partido o a otro; a un gobierno o a otro, sino al conjunto de la sociedad. El asesinato de Miguel Angel Blanco, hace ahora 11 años, supuso el cambio radical de los ciudadanos hacia las víctimas. Entonces se inició un largo camino hacia el reconocimiento que merecen como los "referentes éticos" que son. Es un camino que todavía no ha concluido, pero que iniciativas como la moción cacereña lo hacen avanzar.