El día 11 de abril he sufrido un infarto bastante grave en los alrededores de mi pueblo. Gracias a la ayuda de unos vecinos y a la rápida intervención de los servicios sanitarios, hoy puedo disfrutar de la espléndida primavera extremeña. Quiero aprovechar la ocasión para agradecer al personal de los servicios de emergencia, a los médicos y a la Guardia Civil de Valencia y al personal del hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres por haberme ayudado a mantenerme con vida.

Pero, durante los 15 días de hospital, no pude pasar por alto los muchos enfermos y familiares de estos --incluso la mayoría-- que parecían tener unos kilos de más en relación a su talla. Me parece preocupante la futura salud de estas personas y me pregunto cómo es posible esta situación. Este debe de ser uno de los lugares de Europa, quizás del mundo, con la mejor y más sana oferta de materias primas de comida fresca (legumbres, fruta, pescado y carne) a lo largo del año. Claro, los supermercados de toda Europa están llenos de comida basura también, y son estos productos los que se promueven al máximo día tras día en la televisión. ¿No sería necesaria una dieta más equilibrada y una sensibilización al respecto de parte de quienes nos cuidan?

Bernard Brookes **

Valencia de Alcántara