XLxa céntrica calle pacense que en la actualidad se denomina Obispo San Juan de Ribera , precisamente la que da acceso a los locales donde se halla la sede del Ateneo de Badajoz, a comienzos del pasado siglo tenía por nombre calle José Moreno Nieto . Véase el desdichado quita y pon de la Historia. Asimismo, la estatua situada entre palmeras ante el teatro López de Ayala , fue erigida el día 1 de octubre de 1896 en honor de tan ilustre siruelense, cuyos méritos pasan bastante desapercibidos para la gran mayoría de los badajocenses de este tiempo. Sin embargo, es preciso recordar que la brillante trayectoria biográfica del excelente profesor universitario y genuino pensador católico-liberal don José Moreno Nieto (Siruela-1825, Madrid-1882), le incitó a pisar las movedizas arenas políticas de aquellos años, llegando a ejercer la dirección general de Instrucción Pública y ostentar en varias legislaturas la representación de Badajoz como diputado en Cortes. Su relieve parlamentario alcanzó tal notoriedad, que A. Cánovas del Castillo le llegó a ofrecer una cartera ministerial, que M. Nieto rechazó; quizá prueba la gran popularidad del ilustre extremeño el hecho de que a la ceremonia de sus honras fúnebres en Madrid asistieron más de diez mil personas de todas las clases sociales.

Mas hoy deseaba traer a estas columnas la figura de Moreno Nieto para destacar su relación con el ateneismo. En efecto, tras abandonar su estancia en Granada como profesor de Lengua Arabe en aquella universidad, pasó a formar parte de la Universidad Central madrileña (1859), y comenzó a participar asidua y activamente en las tertulias y debates del histórico Ateneo de Madrid, fundado en 1835 y pionero de los ateneos españoles. Su extraordinario prestigio intelectual y el éxito de sus elocuentes intervenciones en diversos foros políticos y académicos, facilitaron a M. Nieto ser nombrado presidente del Ateneo de Madrid durante los años 1875-81. En consecuencia, cabe asegurar que la llegada del ateneismo a Extremadura estuvo influenciada por el magisterio de Moreno Nieto, ejercido directamente y a través de cuantos paisanos de las clases política, docente e intelectuales se relacionan con él. De ahí también que el Ateneo de Badajoz fuera el primero de los ateneos extremeños en constituirse, cuyas actividades dieron comienzo hacia 1870, seguido por otras localidades badajocenses. Del de Cáceres fue fundado en 1925, y todos ellos hubieron de disolverse en 1936.

Los principales temas objeto del debate social y político de aquellas décadas se centraban en el ejercicio cívico de la libertad, las interferencias de la religión cristiana, el cuestionamiento de la monarquía y el emergente estallido de la lucha de clases. Las posturas antagónicas entre tradición y progreso resultaban furibundas e irreconciliables, por cuanto los discursos equilibradores y centrados, tal el de M. Nieto, tenían un valor inestimable a la hora de apaciguar los ánimos y armonizar la convivencia en la pluralidad del pensamiento político-partidista y religioso. Llegados a este punto, quizá algún lector opine que el tiempo democrático actual no tiene cabida ni sentido operativo en la sociedad española y extremeña del siglo XXI. Nada más erróneo ni equivocado. Verán.

El ateneismo no es una ideología en sentido estricto, sino más bien una metodología de trabajo intelectual que permite analizar críticamente la realidad social pasada, presente y futura, facilitando que las personas obtengan conclusiones que les permita actuar con madurez de juicio y responsabilidad, siempre desde la libertad, el respeto y la tolerancia del pensamiento adverso o complementario. Partiendo de tales premisas, es fácil comprobar que la problemática social no cesa; sólo es preciso actualizarla.

Por vía de ejemplo, a continuación se relaciona un improvisado y desordenado catálogo de problemas cuya solución parcial o total depende de la actitud mayoritaria de la sociedad civil: crisis energética, esquilmación de recursos naturales, desequilibrios Norte-Sur, desviación ética e insolidaridad, belicismo y xenofobia, ciencia e ideología, degradación y contaminación ambiental... ¿cómo no hacer posible ni frecuente el diálogo sosegado e independiente sobre estos --y muchos otros-- temas, para tomar opción entre todos y aplicar las medidas correctoras que proceda? Por consiguiente, un sí rotundo al ateneismo comprometido con la cultura crítica y participativa, en favor de una humanidad más libre, equitativa y solidaria, armonizada en el pacífico y noble ejercicio de creencias e ideologías.

*Expresidente del Ateneo de Badajoz