La Junta de Extremadura ha anunciado que "reforzará" la vigilancia para evitar los fraudes de despidos durante las vacaciones de navidad o verano, sobre todo en la construcción. Se trata de un asunto que ocupa las páginas de los periódicos un semestre sí y el otro también, que los sindicatos están hartos de denunciar, que la Junta dice que está harta de perseguir, y que los empresarios están hartos de desmentir.

Que el fraude existe lo corroboran las personas que lo sufren, la mayoría de las cuales no quieren salir con nombres y apellidos en letra impresa porque temen que las vacaciones ocasionales se conviertan en indefinidas.

Lo que extraña de este asunto es que apenas hay correctivos a los fraudulentos. Con lo fácil que sería detectarlos, porque las víctimas tienen que entrar en las listas del paro y salir de ellas. Bastaría un rastreo somero de la información contenida en un ordenador para que los inspectores se pongan sobre la pista. Pero no hay caso. Se refuerza la vigilancia y seguimos como al principio.