En estos días se está hablando de la violencia de género, y ojalá no se hablara de esto porque no hubiera razón para ello, es decir, que no existiera la violencia de género, pero por desgracia no es así, todo lo contrario, porque en pleno siglo XXI, en lugar de ir hacia la igualdad, la convivencia y el respeto somos cada vez más agresivos, más egoístas.

¿Por qué nos creemos propietarios de las personas? ¿Por qué cuando convivimos en pareja, o estamos casados, creemos que la otra persona de quien decimos estar enamorados sólo la creemos nuestra? ¿Por qué creemos que lo mejor para nuestra pareja es que esté con la pierna atada a la cama, o con la pata quebrada, como se dice vulgarmente?

A las personas que tenemos a nuestro lado, que comparten nuestra vida, hay que amarlas, no marcarlas a hierro o amoratarles los ojos y las costillas como si fueran un muñeco de trapo.

¿Cuándo nos concienciaremos todos que nacemos libres, que no tenemos autoridad sentimental sobre nadie? Espero que los días internacionales contra la violencia de género algún día sea un recuerdo, si no el mundo no avanzará.

Manuel Angel Heredia **

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