Portavoz del Grupo Socialista de Cáceres

Hoy 25 de noviembre, Día contra la Violencia de Género, es preciso volver a recordar la situación de emergencia que vive España en relación con este asunto. El año 2003 se cerrará con una nueva cifra récord de muertes de mujeres víctimas de la violencia doméstica. En lo que va de año han fallecido 86 mujeres a manos de sus maridos o compañeros. ¿Cuántas mujeres más tienen que ser asesinadas para que las políticas puestas en marcha por el Gobierno central sean eficaces y acaben con este drama?

La Orden de Protección de las Víctimas de la Violencia de Género --aprobada por todos los grupos parlamentarios del Congreso-- puede ser un paso adelante en la seguridad de las mujeres que ya han sido objeto de malos tratos. No servirá para nada si carece de los recursos sociales, judiciales, policiales, etcétera, necesarios para su desarrollo. Lamentablemente el Gobierno no ha dispuesto partidas para la misma en los Presupuestos Generales del Estado del 2004, lo que produce temor en las víctimas y en cualquier persona sensibilizada.

De nada valen los manifiestos programáticos si detrás de los mismos no hay una voluntad política clara que busque concienciar a la sociedad a través de los mecanismos por los que la misma se mueve, y cambie el modelo subliminal de dominación que pervive en ella. Los consensos políticos, sobre temas tan graves, son importantes en la medida en que el gobierno de turno no los utilice para neutralizar premeditadamente a la oposición.

La educación, la mesura, el respeto a las libertades individuales y colectivas deben ser valores por los que merece la pena combatir. Constituyen objetivos máximos de conducta y comportamiento para cualquier persona de buena fe que quiera poner su granito de arena a favor de las mujeres y hombres maltratados.