No estaría de más saber qué opinan las mujeres del Partido Popular sobre las palabras de Carlos Osoro --cardenal arzobispo de Madrid-- a propósito de la huelga del 8 de marzo, que es huelga feminista y que dice comprender. ¿Y por qué las del Partido Popular? Porque la mujer católica empleada en política lo hace generalmente militando en el Partido Popular, aunque haya mujeres católicas en el Partido Socialista, por supuesto, y puede que incluso en Unidos Podemos, quién sabe. Y es que debe de haber sido un bofetón para las mujeres del Partido Popular que monseñor Osoro diga comprender y apoyar la huelga y que ninguna de ellas la comprenda ni la apoye.

Sus razones tendrán, desde luego. Así, por ejemplo, la concejala María Jesús Botella, de Córdoba, que dijo estar «jartita» de repetir que en su grupo municipal son «feministas y no de boquilla», pero que no harán huelga por entender que es una huelga feminista. Tortuoso, pero respetable. O la ministra de Defensa y secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, que rechaza la huelga por ser una huelga de «élites feministas, no de mujeres reales con problemas cotidianos», según la consigna del partido. Bien está que lo diga una mujer que no pertenece a ninguna élite, no, sino que se considera una mujer real con problemas cotidianos, como la mayoría.

Ejemplos aparte, lo peor no es que monseñor Osoro comprenda y apoye la huelga del 8 de marzo, sino que atribuya la misma comprensión y el mismo apoyo a la santísima Virgen, tal que así: «La Virgen María también lo haría». Toma ya. Según una voz autorizada de la Iglesia, la huelga del 8 de marzo, de la que no se entiende la exclusión de los hombres, la huelga del 8 de marzo, que hará mayor y mejor el movimiento #MeToo, la huelga del 8 de marzo, cuyo manifiesto es un poco decepcionante, la huelga del 8 de marzo, que es justa en su reivindicación aunque a veces se confunda la igualdad con el uso del llamado lenguaje inclusivo y su insufrible desdoblamiento, la huelga del 8 de marzo, en fin, a ver si lo digo, coño, contará con el apoyo y la comprensión de la Virgen María. Santísima sea.