Te saludamos con respeto, dignísima Señora nuestra, en esta tarde abrileña. Te esperamos este año, Virgen de la Montaña, con más cariño e ilusión que nunca, porque nos has librado de la horrorosa tragedia que recientemente han sufrido tantos hermanos de nuestra patria. Gracias, Madre, por tu predilección y por tu protección constante. Queremos tenerte aquí, junto a nuestros hogares, para agradecerte y bendecirte. Te pedimos que cada día crezca más nuestra fe y confianza en ti, y en tu misericordia y protección generosa para con todos los cacereños. Confiamos en tu bondad maternal, en tu poder y amor para con tus fieles devotos. Te mereces nuestro cariño, como Reina de almas y corazones. Te imploramos que bendigas esta tierra en que nacimos y vivimos, con la paz y el bienestar. Te rogamos que nos salves, que nos protejas. Y que en este clima de luchas defiendas nuestra ciudad y tu visita abrileña nos traiga prosperidad, nos deje gozo sereno y santa felicidad. TEODORO FERNANDEZ Cáceres