WLwa detención de tres parejas rumanas, presuntas responsables de utilizar a 15 menores, la mayoría hijos suyos, para la comisión en Barcelona de unos 600 delitos, rompe la rutina policial que solía dejar impune la reincidencia en estos actos. Esta vez ha sido la reiteración lo que ha permitido a Policía Nacional y autonómica perseguir y descubrir una trama de estas características, que quizás es más habitual de lo que se cree.

Depende ahora del juez, de acuerdo con la ley de extranjería, seguir con el proceso o expulsar a los padres encausados, aunque hayan tenido autorizada la residencia en España. Sea cual sea la decisión, la importancia del caso estriba en que los investigadores han logrado establecer que los adultos inducían y obligaban a menores, sin responsabilidad penal hasta los 14 años, a delinquir. Esta sospecha muy pocas veces ha sido trasladada con indicios sólidos de prueba al juez. Por el contrario, era cómodo pensar que en las ciudades hay bandas de niños y adolescentes, dedicadas a la pequeña delincuencia, que operan espontáneamente por su cuenta. No sólo es inexacto, sino que muchas de ellas, dirigidas por adultos, convierten a los menores en víctimas de sus fechorías para vivir de ellas.