TEtlena Salgado , la etérea, prepara sus vacaciones con la satisfacción del deber cumplido. El nuevo modelo de financiación aprobado, algunos socialistas contentos, otros resignados, como Vara , los nacionalistas rebosantes de gloria, y los populares mohínos, mas no con la ministra a la que gustosamente hubieran propinado una metafórica patada en el trasero sino con su jefe que entre correas, chantajes, silencios, "gargantas de seda" y "retrasadas mentales" les ha ordenado: ¡Toma el dinero y abstente!

Mientras la otra Elena Salgado, la de Cáceres, la que ahorra agua duchando a los dos críos juntos y afina en la economía pero sin escatimar en pavo, va tirando como puede, voces de muerte suenan cerca del PP. Algunas auguran el fin de Rajoy proclamando que el objetivo es él y no Bárcenas , aunque se callen quién lidera la conjura. Yo infiero que el inteligente y algo tranquilo registrador no está tan tocado y hundido como muchos de sus hipócritas acólitos quisieran, ya que conserva la autoridad suficiente para imponer la abstención ante una financiación caníbal, insolidaria y sobre todo imposible pues con la bolsa tan flaca de donde no hay no se puede sacar. Siempre me he preciado de preferir las letras a los números y anteponer el humanismo al maquinismo pero sé que sin entender de números no cuadran las cuentas y que los agravios propician el rencor. Una financiación adecuada aleja la sombra de la catástrofe y espanta los fantasmas del fratricidio. Cerca del PP siguen sonado otras voces de muerte agoreras como de coro de Antígona: ¡España se rompe! gritan, ¡Ahora sin remedio! Recuerdan las sabias palabras de Alfonso X en su Loor de Espanna: "Pues este reino tan noble, tan rico, tan poderoso, tan honrado, fue derramado et estragado - por desavenencia de los de la tierra que tornaron sus espadas en si mismos unos contra otros así como si les menguasen enemigos; et perdieron todos"- Perderemos todos los que deberíamos recordarlas.