Hace menos de un año tuve que votar en el local municipal de vías y obras, en la margen derecha del Guadiana de la ciudad de Badajoz. El lugar es un almacén, digno para guardar herramientas y maquinaria, pero no para votar: inaccesible para personas de movilidad reducida y sin espacio para las cabinas, tan importantes para poder ejercitar libremente nuestro derecho. En mayo pasado pedí en mi mesa electoral que constara mi protesta por el indigno lugar que nos habían dado para algo tan importante como votar. El problema se va a agravar porque la zona acaba de aumentar considerablemente su población con la entrega de las viviendas de San Cristóbal y hará que aumente la incomodidad que se sufre en las dos mesas electorales allí instaladas, dos cuchitriles que me parecen inapropiados para el más importante de los ejercicios ciudadanos.

Javier Figueiredo Capuz **

Badajoz