Votar o no votar?, esa es la cuestión. Recuerdas que tus padres y abuelos, ya fallecidos, votaban siempre, y se congratulaban de poder hacerlo. Habían estado muchos años sin poder elegir a los políticos que querían para dirigir el país. El porcentaje de abstención era muy bajo. La democracia estaba fresca y no había dado tiempo a que algunas mentes elucubradoras de políticos tramposos descubrieran que la política podía ser una magnífica oportunidad para hacer fortuna. Con los años, los ciudadanos se dieron cuenta de que en todos los partidos políticos no sólo se habían colado trincones oportunistas, sino también falsos ideólogos y palabreros olvidadizos que prometían a los pobres un mundo sin ricos opresores y a los ricos un mundo sin pobres molestos. Políticos corruptos que se han servido del voto ciudadano para hacerse con dinero del ciudadano votante, políticos que han seducido a votantes trasmitiéndoles ideas revolucionarias que luego se han quedado en nada, políticos que ofrecen a sus votantes vip seguridad para sus estatus y a sus votantes de abajo un ilusionante y engañoso estatus aceptable.

Tras cuarenta años de democracia existe mucho desencanto político en los españoles y a nadie debe extrañar que ocurra lo inimaginable en la política española. Los ofertantes de políticas diferentes, más o menos populistas, más o menos radicales, están empezando a ocupar escaños en los parlamentos porque muchos ciudadanos ya no creen en los dos partidos de siempre, PP y PSOE. Gobierne uno u otro, el español de clase media-baja sigue estancado en la precariedad. Por tanto a nadie debe extrañar que opte por votar a nuevas formaciones políticas, aunque presenten proyectos ultraconservadores. Se diría que la desesperanza le lleva a esperar que nuevos partidos resuelvan sus problemas.

También existen ciudadanos desencantados, sobre todo de izquierda, que optan por no votar. Se quedan en su casa y dejan que otros elijan por ellos. Luego expresan su decepción por el buen resultado obtenido por partidos de extrema derecha. E incluso en algunos casos se manifiestan en la calle para protestar por ello. Pura paradoja.