Jamás se había visto nada igual. Las ciudades extremeñas han sido escenario de impresionantes manifestaciones de repulsa por los atentados de Madrid y de unánime rechazo a los violentos. Un discurso claro hacia una atrocidad que ha despertado un sentimiento unitario. Qué lección ha dado la ciudadanía a cuantos se enfundan en argumentos jeroglíficos para no apoyar una declaración conjunta de un Parlamento extremeño que es y será siempre la voz de los extremeños.

Por qué hay quienes huyen del discurso claro para justificar sus acciones, como lo hizo ayer y lo hace siempre la sociedad. Quienes llenaron las calles y plazas de nuestras ciudades componen la verdadera esencia de la democracia. La voz del pueblo es clara. ¿Por qué a veces no se actúa de igual forma en el discurso político? La Asamblea de Extremadura no logró consensuar una declaración de condena a la barbarie terrorista por el rechazo del principal grupo de la oposición. Quizá no se echa tanto de menos una explicación, que se dio a medias, pero sí se echa en falta, y mucho, esa claridad que sólo la calle sabe dar. Aprendamos, pues, de esa voz sincera y sin más maquillaje que los buenos sentimientos.