TEtspaña vive el peor momento desde la llegada de la democracia. Y la palabra clave se llama corrupción. Los políticos dejaron de ser unos idealistas que lucharon contra una dictadura que había aplicado una represión brutal. Se convirtieron en profesionales en el manejo del dinero público como si brotara de las paredes. Y la tentación de meter la mano en el cajón ha sido muy fuerte. En algunos casos personas sin ninguna formación acabaron en consejos de administración de empresas públicas, de bancos, y simplemente eran hombres de paja que votaban lo que todos, para no desentonar, decidiendo sobre el futuro de miles de ahorradores y sin conocimiento. Entiendo que el acceso a la política debe ser universal, pero también que no todo el mundo está preparado para las responsabilidades que conlleva ser político. Al igual que existe un curso de aptitud pedagógica para los profesores debería existir uno para ejercer de políticos, tanto en un pequeño pueblo como en las más altas responsabilidades del Estado.

Sería un filtro para sinvergüenzas y aprovechados que ven en los partidos una forma de medrar económicamente a costa de la confianza que les depositamos todos. Y que conste que entiendo que hay políticos que son conscientes de su servicio al ciudadano, pero también que hay otros que rellenan las listas simplemente por compadreo, lameculeo y compromiso. Una vez dentro del sistema las facilidades para tapar la incompetencia son infinitas al son de la canción 'Colócanos, por tu padre, colócanos'. Espero que un día pueda escucharse la voz de los ciudadanos, esos seres invisibles por ahora. Refrán: La política hace extraños compañeros de cama.