En los flecos de los asesinatos de Málaga, Luis del Olmo (Onda Cero) pidió conclusiones. Empezó Raúl del Pozo: "Ha habido deficiencias y chapuzas de varias instituciones. Del jurado, que representa al pueblo como emanación de la justicia en lugar de las castas de jueces; han quedado mal la policía y la Guardia Civil, pese a los informes que tenían de Scotland Yard. Y la prensa ha quedado a la altura del betún". Francesc Sanuy se aplicó el cuento: "Retiro los elogios que hice hace días a la coordinación entre policías. Hoy se sabe que nada de nada". Para Fernando González Urbaneja falta "más modestia de todos, la prudencia que aconsejaba Gracián", y Manuel Martín Ferrand se remontó al problema general de la tolerancia: "Se empieza por el botellón y el porro simpático entre amigos y se acaba en el tráfico, la delincuencia y el desorden. Hay que aplicar disciplina desde la más tierna infancia". Cargó contra los medios: "No se hacen noticias que interesen a la gente, sino que se puedan comprar, pagando a personajes para que salgan en televisión". Respondió profético Del Pozo: "Al final veremos al estrangulador en una tertulia". En el turno a los oyentes, intervinieron dos guardias civiles. El primero aseguró que "no hay que echarle la culpa a la Guardia Civil. De no ser por el ADN en una colilla, no habría ninguna prueba". Y el segundo fue más allá: "Hay que unificar los dos cuerpos de seguridad, porque la duplicidad hace que la información se tergiverse. Y luego compartir las bases de datos con todos los cuerpos, también los autonómicos". Una jornada de sensatez.