TEtn política no siempre es fácil separar realidad de ficción, ni distinguir entre deseos y realidad. Pero cuando del País Vasco se trata esta dificultad es evidente y constante. Es evidente que el PNV pertenece al ámbito de los partidos democráticos y que todas sus gentes condenan los asesinatos de ETA. Ocurre que no forma parte de su manera de entender la lucha contra el terrorismo como un todo que va más allá de la acción policial y judicial. Tiene esta lucha una enorme vertiente política, que requiere de posiciones claras y contundentes, de no dejar rendija a quienes callan ante el terror. La ficción, tozudamente sostenida, es haber creído que ANV era algo distinto y distante de Batasuna. Son los mismos y seguirán siendo los mismos.

Precisamente por ello, Egibar el menos alambicado de los líderes nacionalistas se opuso a la moción de censura de la alcaldesa de Mondragón. Si en lugar de ANV se hubiera tratado de un grupo vinculado a la extrema derecha, que nadie dude no solo que la moción se hubiera presentado, sino que ese grupo ficticio nunca hubiera tenido la alcaldía. Como es natural, el aplauso hubiera sido general. Pero no son de extrema derecha. Son gentes, las de ANV, que forman parte, que son la representación más extrema del conflicto . Son Batasuna.

Urkullu , apremiado por el socialista Blanco , ha parado el golpe y ha dicho que habrá mociones si ANV no condena el comunicado amenazante de ETA. La ficción está en que Urkullu sabe que eso no va a ocurrir. ¿Cómo va a ocurrir si no fueron capaces de condenar el asesinato de Isaías Carrasco y de tantos otros? Esa esperanza es ficción y las palabras de Urkullu pueden llevar a confundir deseos con realidad. Lo cierto y tangible es que ha logrado parar el golpe. Pero la ficción es compartida, en este caso por el PSOE, que ve una clara rectificación pero su recorrido ha quedado en las palabras. ¿Qué impide al PNV hacer pública y oficial la puesta en marcha de las mociones con calendario en mano? Hay apuestas sobre las mociones en cuestión.

Será hoy mismo cuando Blanco y Jáuregui se vean con el PNV. Zapatero dice que lo importante es salir investido. Tiene votos para ello, por lo tanto es lógica la despreocupación puramente matemática. Pero la política, la de verdad, no siempre entiende de escaños, como lo demuestra el propio PNV, que con seis escaños es capaz de poner un poquito en jaque a los socialistas, que han tenido el acierto de convertir la necesidad en virtud y de ahí esa naturalidad con la que se está trasladando que el presidente lo será con sus propios y únicos votos. En el encuentro de hoy nada va a quedar cerrado. Ni el PNV da las garantías que el PSOE quiere, ni el PSOE quiere cerrar nada, de manera que en próximas semanas todos estaremos a vueltas con el PNV.

*Periodista