La Consejería de Cultura y la dirección del Womad parecen vivir una etapa de normalidad tras la tormentosa crisis que tuvo lugar el pasado año, que a punto estuvo de dar al traste con la edición cacereña del festival. Incluso la consejería ya ha adelantado su intención de renovar el acuerdo para los próximos años.

Mejor así. Si existe un consenso social sobre la impronta cultural que marca este festival internacional, la continuidad en Cáceres era la mejor apuesta en su aspiración por convertirse en Capital Europea de la Cultura en el 2016. Con el Womad, la capital cacereña tiene más posibilidades de lograrlo que sin él.

La edición que se anuncia para mayo tiene algunos alicientes, con independencia de la calidad del programa. Porque son alicientes la presencia de hasta cinco grupos extremeños, y también que uno de ellos, el oliventino Acetre, participe en el Womad inglés que se celebra en Charlton Park.

La ampliación de las actividades paralelas, con un ciclo de cine musical, y el traslado del concierto de apertura del reducido Gran Teatro a la Plaza Mayor, son invitaciones a un seguimiento masivo.