THtemos ejercido nuevamente nuestro derecho al voto, para decidir quiénes son nuestros representantes en esta Vieja Europa que crece y se consolidará, dotándose de una Constitución que ha de contentar a todos. Hablando de Europa, vaya ridículo el de la selección, aunque para vergüenza, el espectáculo del Congreso de los Diputados. ¿Con qué cara se van a presentar ante sus electores aquellos políticos que presentaban interpelaciones a los ministros y ministras y no estaban presentes cuando les correspondía intervenir? Si ellos anteponen sus devociones a sus obligaciones (bien retribuidas por cierto), qué nos van a pedir al resto de los mortales, parados incluidos. Luego dicen que la gente no vota, pero el voto hay que ganárselo día a día. Como educador, ¿qué respuesta puedo darles a mis alumnos cuando, una vez más, les repita que su obligación es estudiar y te repliquen que la obligación de los diputados es trabajar en el Parlamento y no lo hicieron por ver un partido de fútbol? Yo voté socialista y espero recibir una carta de disculpa del responsable del grupo de mi partido, con el compromiso de que no va a volver a suceder. Aunque, a lo mejor consideran que a palabras necias.

*Maestro