Historiador

Días atrás, superadas (o marginadas) para y por el Gobierno las muestras de rechazo frontal y las numerosas y variadas voces discrepantes, pese a lo que se apunta desde tanta "prensa amarilla", ante la "educación de calidad que nos llega", hemos podido ir comprobando algunas de las primeras concreciones. En primer lugar sorprende el recibimiento en los despachos ministeriales que han tenido las fuerzas que apoyaron a la ministra en el ya popularmente castillazo. Claro que, poco después vieron recogidos sus alientos en algo nada espiritual como es el reparto, impresionantemente desigual, de las subvenciones. De todas formas, es de alabar a la derecha su rectitud en los principios que defienden: mantienen los fondos para asociaciones que propagan la figura e ideas del dictador, mientras se ponen todas las trabas posibles para incrementar los trabajos que permitan recuperar los vestigios de sus víctimas. Todo muy democrático.

Modelos innovadores de sociedad que nos vienen son las revolucionarias fórmulas mostradas en un colegio de Orense, donde decidieron (muy en la línea del pensamiento renovador y centrista del Gobierno) separar en el recreo a chicos y chicas de 14 y 15 años para evitar encuentros amorosos.

Siguiendo con su acelerada arrogancia, el Ministerio de Educación se permite regalarnos convocatorias oficiales de formación de profesores publicadas mucho tiempo antes de ser efectivas. Desde luego, todo un lujo de atenciones y un síntoma de autosuficiencia. En nuestra tierra, los cachorros populares, discípulos, por lo que se ve, muy aventajados del nuevo sistema, prevén incluso que el Gobierno regional va a aprobar leyes que luego no se atreverá a aplicar. Esto sí que son confian...zas.