Durante 2002 y 2003 decidí dejar mi trabajo en España e ir a dar clases de inglés a Yemen. No sabía que esperar. Más aún siendo mujer. Me encontré en un país completamente fascinante, donde podía caminar sola, donde en cada lugar recibía la ayuda de sus habitantes, donde no tenía que cubrir mi pelo, donde en cada calle encuentras a alguien que te dice "Bienvenido a mi país" y donde todo lo que había escuchado sobre esa parte del mundo se desvanecía ante una realidad muy diferente.

Vivía allí cuando el 11 de marzo sacudió España entera y yo perpleja lo contemplaba en la televisión. Al llegar al colegio ese día todos mis alumnos me dijeron lo mucho que lo sentían, me preguntaron si había familiares entre las víctimas, me arroparon, lloraron conmigo... Ahora me encuentro en España y veo lo que ha sucedido en Yemen y sólo ruego que no se culpe a un pueblo honesto, amable, sincero, bondadoso... un pueblo pobre que siempre brinda un plato y un lugar donde pasar la noche al viajero. Por favor no confundamos la barbarie que unas cuantas personas sin escrúpulos con un pueblo y un país encantador.Hoy he abierto mi correo electrónico y había mensajes de mis antiguos alumnos con los que aún mantengo contacto expresándome su pesar por lo sucedido. No es Yemen, no son yemenís, es barbarie.

Conchi Martínez de Tejada **

Cáceres